En publicaciones anteriores hablamos sobre las tres capacidades humanas y las tres virtudes que debes desarrollar para ser un líder. Hoy vamos a hablar de las tres competencias a desarrollar para serlo.
La primera de esas competencias es hacerse cargo, hacerse responsable.
No sé si viste la película Sully: Milagro en el Hudson donde el piloto de un avión que entra en emergencia decide aterrizarlo en el río Hudson logrando que ninguna persona que iba en ese vuelo pierda la vida. Eso es hacerse cargo.
Imagínate por un momento que estás en ese avión, el avión despega y se apagan las turbinas. ¿Qué te pasa? ¿Qué sentís? Imagínate, además, que de la cabina sale el capitán y se sienta en la primera fila de los asientos de la clase turista. ¿Qué harías? Lo mínimo es preguntarle, ¿qué hace acá? Porque no va y toma el mando de la nave. El tranquilamente podría decirte, esto no es mi problema. Es un problema de mantenimiento o es culpa de la compañía que fabricó los motores porque no los hizo resistente a los pájaros. Cualquiera de las opciones sería cierto, pero el capitán hizo lo contrario, se hizo cargo.
La segunda de las competencias es escuchar.
Quizá sea la competencia más importante que debe tener un líder. A partir de la escucha se dignifica al otro. Escuchar implica que comprendes y respetas la postura del otro como un ser humano libre de pensamiento. Eso es comprender, pero no implica que aceptes lo que dice o piensa. Sólo cuando comprendes al otro, puedes lograr que te comprendan, llegar a un propósito conjunto que ni uno ni otro pueden ver desde sus posturas antagónicas.
Piensa, ¿Cómo te sientes cuando alguien te escucha? Te sientes aceptado, comprendido, conectas con la otra persona, te sentís amado, dignificado. Imagínate si vos como líder, hicieras lo mismo. Cada vez que interrelacionas con alguno de tus liderados, lograrás que ellos sientan lo mismo que vos cuando te sentís escuchado. Si invirtiéramos tiempo en aprender a escuchar, tal vez únicamente a nuestra familia y a nuestros amigos, veríamos mejoras. Pero si esa práctica la llevamos después con aquellos que parecen ser muy diferentes a nosotros, quizás nos demos cuenta de que tenemos muchas más cosas en común de las que pensamos y al darnos cuenta, tal vez, podamos construir juntos un futuro mejor.
La tercera de las competencias es gestionar tus emociones.
Gestionar las emociones es indispensable primero para uno mismo, para mantener una vida saludable y equilibrada. Las emociones son reacciones automáticas que surgen de una historia que te contas. La emoción siempre es la correcta, lo que puede estar equivocado es la historia. Por eso es importante para gestionar las emociones, identificarlas, aceptarlas y regularlas. Porque lo más importante es ser efectivo en la acción, en la respuesta y desde emociones que nos arrebatan o que nos sacan del eje, nunca vamos a ser efectivos. Segundo, porque cuando se logra gestionar las emociones propias se puede ayudar a otros a gestionar las suyas.
Tres competencias para ser un gran líder, hacerte cargo, escuchar, gestionar tus emociones.