Las empresas, por lo general y con el objetivo de retener a sus mejores empleados, otorgan ciertos beneficios, tales como: trabajo remoto, horarios flexibles, desarrollo de carrera, bonos anuales, seguros médicos, beneficios en compras, descuentos en gimnasio, yoga mindfulness, etc. Todos estos beneficios y mejoras tienen el objetivo de obtener el compromiso de los empleados y que continúen eligiendo nuestra empresa para trabajar. Sin embargo, esto no alcanza.
¿Por qué no alcanza?
Porque si esos beneficios se acompañan con comportamientos como: falta de respeto, abuso del poder, represión, opresión, infundir miedo para que se hagan las cosas, desinterés por la persona, pensar exclusivamente en la rentabilidad y/o incumplimiento de promesas, los beneficios que se otorguen no tendrán la fuerza necesaria para cumplir con el objetivo que se espera lograr con ellos.
Entonces, ¿cuáles son algunas de las cosas que se deben observar dentro de la empresa y que den indicios de la necesidad de un cambio de cultura?
Hablamos en algún memento de las tres dimensiones que existen en toda empresa y en los equipos: la dimensión operacional, la relacional y la personal. Y que en la medida que estas tres dimensiones se lideran y gestionen en forma equilibrada, la empresa podría obtener los resultados que espera y perdurar en el largo plazo. Tomando como base estas tres dimensiones, podemos analizar distintos indicios de que la empresa necesita un cambio de cultura.
En la dimensión operacional, la falta de creatividad, la baja en la productividad y en la calidad de los productos, la falta de cumplimiento de metas, son indicadores de que algo en nuestra cultura está faltando. Es posible que incluso se necesite un ajuste cultural si le está yendo bastante bien, si esta alcanzando sus metas, pero si sus empleados no entienden los valores de su empresa, y qué comportamientos ejemplifican esos valores, entonces está perdiendo la oportunidad de lograr un mayor éxito.
En la dimensión relacional, la desconfianza, baja moral, falta de lealtad, echarse continuamente culpas unos a otros, son indicios de que algo está pasando.
Y si analizamos la dimensión personal, la falta de compromiso, la victimización, el alto nivel de ausentismo, la alta rotación de los empleados que no sólo genera problemas porque se van sino también por los altos costos que implica reponer el recurso perdido.
Por lo general esto que está pasando en cada una de las dimensiones es un problema de cultura. Y la cultura, por ende, es responsabilidad del liderazgo de la empres. Entonces, cuando estos indicadores se presentan, lo que se debe revisar no es lo que se está haciendo, ni cómo se está haciendo, sino que lo que debe revisar es el ser. Y el ser de las empresas, lo que son las empresas, es su liderazgo.
La cultura es la expresión del liderazgo de la empresa y, en definitiva, es lo que determina que la empresa tenga éxito o que fracase.
Si se está preguntando cómo hacer para construir una nueva cultura, pues va a tener que esperar a la próxima publicación.
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