
En las últimas semanas, un tema recurrente ha surgido en las consultas que me hicieron y en las inquietudes de algunos empresarios durante los grupos en los que tuve la oportunidad de participar: la comunicación cuidando la relación. Por eso, decidí escribir sobre este tema y compartir mi opinión contigo.
Aplicando la ley de causa-efecto, sobre la cual escribí hace algunas semanas, el problema de comunicación es el efecto. Por lo tanto, debemos descubrir cuál es la causa que lo origina.
Sostengo que la comunicación efectiva es el resultado de la interacción entre la actitud adoptada en una conversación y la habilidad para ejecutarla. Es en alguna de estas dos, actitud o habilidad, donde suelen radicar los problemas de comunicación.
Analicemos cada una de ellas.
Las actitudes necesarias para una conversación efectiva
Para que una conversación sea efectiva, hay una actitud indispensable y cuatro actitudes necesarias para adoptar la actitud indispensable. Veamos cuáles son:
Actitud indispensable: “Pensar en el beneficio mutuo”
Adoptar una mentalidad de ganar-ganar es la única manera de hacer efectiva la comunicación. ¿Y si la otra parte no piensa igual? Entonces, no hay trato. Esta es la salida cuando te enfrentas a un arrogante que solo busca ganar a toda costa.
Actitudes necesarias
Integridad
Ser íntegro significa respetarse a uno mismo y demostrar coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace. El arrogante carece de integridad, pues adapta su postura según la conveniencia.
Humildad
Es la condición más importante. Solo desde la humildad podemos respetar al otro, y este es el fundamento para lograr una verdadera comunicación. Lo opuesto a la humildad es la arrogancia, que resulta tan dañina que destruye no solo las demás actitudes necesarias, sino también la propia conversación.
Coraje
Me refiero al coraje de hablar las cosas que nos incomodan, defender lo que creemos justo y tomar decisiones que a veces preferiríamos posponer. Lo contrario de coraje es la cobardía, la cual se demuestra al posponer conversaciones, la toma de decisiones, etc.
Hacerse cargo
Implica asumir la responsabilidad de nuestras acciones y sus consecuencias, sin buscar culpables externos. Hacerse cargo evita el juego de “echar culpas” y nos permite enfocarnos en soluciones. Además, fomenta la madurez emocional y da el ejemplo para que los demás también asuman su parte.
Las habilidades necesarias para ejecutar la conversación
Ahora, veamos las habilidades indispensables para llevar a cabo una conversación efectiva:
Escuchar
Escuchar es la habilidad básica para entender al otro. Además, al escuchar mostramos respeto hacia la otra persona y, al mismo tiempo, la dignificamos. Esta habilidad es esencial porque valida la comunicación. Escuchamos cuando estamos presentes en silencio, invitando al otro a seguir hablando y clarificando lo que quiere expresar. Sin escucha, no hay comunicación posible.
Gestionar las emociones
Toda conversación lleva implícitas emociones, ya sea de quien habla o de quien escucha. Algunas, como las conversaciones difíciles, son pura emoción. Por eso, gestionar las emociones es indispensable para la efectividad. Gestionar no significa reprimir ni explotar, sino reconocer y regular las emociones para responder conscientemente. Recuerda: quien se enoja, pierde.
Indagar con intención de entender
Esta habilidad implica abandonar la certeza y reemplazarla por curiosidad, lo cual se logra haciendo preguntas. Hay preguntas para clarificar, profundizar y explorar. La clave, independientemente del tipo de preguntas, es comprender al otro.
Expresar de forma efectiva
Muchas veces no somos conscientes del impacto que nuestras palabras tienen en quien escucha. Palabras como “tú”, “ustedes”, “vos”, “siempre”, “nunca”, “todas las veces” o “ninguna vez” son peligrosas, pues pueden llevar la conversación a un lugar no deseado. Para comunicarnos de forma efectiva, debemos ser conscientes de nuestras palabras y expresarnos en primera persona: “lo que observo”, “lo que siento”, “yo”. Esto nos permite hacernos responsables de lo que decimos y evita que la otra persona se sienta atacada y deba ponerse a la defensiva.
En resumen, si afrontas las conversaciones con una actitud humilde, íntegra, haciéndote cargo con coraje, buscando el beneficio mutuo y desarrollaras las habilidades descriptas, no tengo dudas de que tu comunicación será más efectiva y tus relaciones mejorarán.
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